miércoles, 22 de junio de 2016

Ser emprendedor es distinto de ser empresario

Inti Núñez /2016


Desde hace un año se ha instalado un cierto tema respecto de ¿Cuál es la real diferencia entre el término de moda “emprendedor” frente al clásico “empresario”? -término que, hoy por hoy, parece estar a la baja en el aprecio de la sociedad.

Así, algunos han dicho que sólo es una diferencia producida por la madurez, es decir, al iniciar la empresa todos son emprendedores y al ir estableciendo un negocio maduro todo emprendedor migra a empresario, u otros por la naturaleza de las funciones y que conviven, es decir, el inicio de los temas, el establecimiento de cosas, la toma de las decisiones en lo nuevo, es emprendimiento, a diferencia del día a día del negocio, la labor empresarial, y que en la medida que los negocios evolucionan todo gestor es un poco de ambos-.

Pues bien, en mi opinión, no son lo mismo. Estás definiciones se refieren a la forma de gestionar, la cultura de actuación de los individuos en el ámbito de los negocios, que los definen como uno u otro. Jobs era un emprendedor. Arthur Rock y John Sculley eran empresarios[1].

William Crapo “Billy” Durant fue un gran emprendedor de la industria temprana del automóvil. Dejo la educación secundaria para liderar una empresa de transporte tirada por caballos, pero de ahí paso a trabajar y luego asumir como CEO de Buick, en rápidos movimientos, llego a sumar a Oldsmobile, el actual Pontiac y Cadillac. Fundo Chevrolet, y luego fue capaz de tomar el control de General Motors en 1915.

Todos quienes conocen algo del mundo de enseñanza de negocios de los Estados Unidos ubican el nombre Alfred P. Sloan. Ya sea por la escuela de negocios de MIT, el Sloan Fellow -Maestría negocios de media carrera-, u otras tantas becas que llevan su nombre. Sloan fue un hombre de negocios que ascendió a través de posiciones ejecutivas, donde es recordado y reconocido por ejercer la presidencia de General Motors por más de 30 años, convirtiendo a la empresa en un líder industrial por 70 años. Dentro de los avances que hizo para ganar dicha posición estuvo la obsolescencia programada.

¿Que hay en esta historia? ¿Por qué se volvió importante? Se vuelve relevante porque Billy Durant hizo malas apuestas, arriesgo al inicio de la gran depresión, y termino administrando un club de billar y su viuda viviendo sus últimos años de una pensión pagada por mandato de Alfred P. Sloan desde General Motors. Similar caso de Tesla quien en sus años finales fue ayudado por J. P. Morgan, quien además compró todas sus patentes y escritos, retirándolos del dominio público. En base a estos caso y durante el siglo XX se fue construyendo la imagen de emprendedores alocados –Howard Hughes o Preston Tucker-, tomadores de malas decisiones, y que ponían en riesgo el logro de la sociedad, haciendo deseable y buena la llegada de los conocedores de negocios, de los preparados, los técnicos, los reales empresarios que supieran hacer grandes a estas empresas.

Hacia el 2000, la revisión tomó mucha relevancia en el contexto de un caso que se ha vuelto paradigmático, la salida y luego el triunfal regreso de Jobs a Apple. Es decir, el emprendedor -el loco-, se va porque es parte del problema (como Tesla y Durant). Sin embargo luego la empresa pierde un 95 % de su valor en bolsa. En una jugada arriesgada y desesperada, se pide la vuelta del creativo, quien al retomar las ideas de innovación que pregona, y en pocos años, vuelve a su empresa la de mayor valorización de la historia.

Entonces corresponden las preguntas ¿Es esta época distinta? ¿Cambio definitivamente la velocidad y dinámica de los negocios? ¿Se pierde la economía de algo por este castigo a los que crean, a los innovadores? ¿Son capaces los empresarios de asumir el riesgo necesario para innovar?

Si bien el economista Joseph Schumpeter ya había descrito algo del fenómeno, al señalar que en el desarrollo de los países había una primera fase liderada por emprendedores, individuos, y que en una segunda etapa este liderazgo era cedido a las corporaciones, es el profesor de Harvard Clayton Christensen, quien el año 1997 en su libro “El Dilema del Innovador” propone una curva donde las nuevas entrantes, los emprendimientos, en innovaciones disruptivas, superan el rango de performance de las empresas incumbentes. Esta curva se asimila a la curva “S” de marketing, y que también utiliza el profesor de MIT James Utterback para describir trayectorias de empresas innovadoras. En estas curvas, se señala, que en la primera fase –desarrollo- y en los inicios de la segunda –crecimiento temprano-, es donde es mejor gestionado por organizaciones innovadoras –fase de exploración-, pero que en la segunda fase, de crecimiento tardío y maduración, las ventajas en el liderazgo es de la gestión empresarial –fase de explotación-.

Ante esto, la postura de Steve Jobs era que las empresas líderes del mañana sólo debían concentrarse en permanecer en las fases de exploración, innovación, y delegar a los seguidores las fases de madurez y baja renta, y que por esto debían invertir en innovar y sólo centrarse en la disrupción. Es decir, volviendo a su caso, en su opinión el gran error de Apple, antes de su salida, fue seguir invirtiendo en un modelo no disruptivo, prolongar y sentirse cómodo en la fase de madurez- no jugárselas por MAC, en desmedro de Apple II-, y así dejarse apabullar por el avance innovador de Microsoft –liderada por un emprendedor[2].

Estudios muestran diferencias reales de comportamiento entre fundadores-gerente y profesionales-gerente, en particular en la administración de emprendimientos tecnológicos: consideraciones para la inversión en I+D, importancia de la innovación para la plana ejecutiva, capacidad de reconocer oportunidades en la tecnología central, compromiso de largo plazo, etc. Es decir, en la esencia la diferencia es de comportamiento, no respecto de la función que ejercen o lo que hacen, como los famosos personajes románticos franceses de capa y espada[3] dejaban entrever “ser poeta es actitud –forma de vida- no publicar un libro de poemas”. Entonces, los emprendedores tendrían una actitud proclive a la innovación, al descubrimiento, y los empresarios, a la renta.

Pero y ¿Qué puede implicar este hecho para las políticas públicas de emprendimiento dinámico e innovación? Lo obvio, que para tener un sistema de innovación sano, es bueno que exista un equilibrio de fuerzas entre emprendedores y empresarios. Es decir, que exista el espacio para defender las ideas emprendedoras. Esto que puede parecer simple, no lo ha sido. En nuestro país, en general existe una escasa diferenciación, y las ideas más empresariales se ha impuesto ampliamente en los diseños de política, en la conformación de comités, en las redes de soporte. Sólo basta ver las dificultades para bancarizar emprendimientos, el costo de capital, las dificultades en los trámites municipales, y el esfuerzo de innovación nacional[4], para corroborar que hay un gran espacio para avanzar.

Y ¿Por qué avanzar? Porque es relevante para todos, para la sociedad. El avance en innovación, el aumento de productividad, es muy importante como puente al deseado desarrollo, y las emprendedoras y emprendedores son participantes claves en la construcción de ese puente. No fomentar la cultura que los crea, no proteger adecuadamente su expresión - impacto, o tener políticas que los vayan apagando, va mermando nuestras posibilidades de crecer. El camino de los países al desarrollo preferentemente se ha hecho montado sobre nuevas iniciativas, de la mano de los David y dejando de servir a los Goliath.

Una última reflexión. La economista Carlota Pérez quien ha descrito las oleadas tecnológicas, afirma que cada 40 a 60 años, una tecnología desplaza a otra y con esto cambian todos los paradigmas institucionales, las formas de producción, este hecho abre oportunidades y amenazas, y decide ganadores y perdedores entre las economías. Luego de una crisis financiera, la ola de la nueva tecnología avanza y se asienta, quienes se suben de buena forma a través de sus innovaciones prosperan, y quienes van tarde y no se han preparado retroceden[5][6]. En estas épocas de cambio, más que en otras, el liderazgo innovador es vital.

No es lo mismo ser emprendedor que empresario. Hacer la diferencia puede ser crucial en la construcción de nuestro futuro.




[1] Hace referencia al caso de Apple del año 1985, donde Arthur Rock Presidente de Apple y John Sculley CEO deciden despedir a Steve Jobs.
[2] Esto es el dilema del cual habla Dyer et al en The Innovator’s DNA sobre las habilidades de Discovery v/s Delivery Un buen ejemplo de sana convivencia es la alternancia en Google entre Larry Page y Eric Schmidt. Larry Page deja la gerencia de Google en 2001, asumiendo Schmidt y la empresa despega en parte no menor por las capacidades de gestión (delivery) de Schmidt. Después, nuevamente Page vuelve a asumir como CEO en 2011 –y Schmidt pasa a la Presidencia-, y coincide con el crecimiento de Google en ámbitos no relacionados con su negocio core, como salud y transporte (discovery). Aporte del Profesor Pablo Catalán, UdeC.
[3] Nos referimos a Aramis, Cyrano, etc.
[4] El esfuerzo en innovación anual es el gasto como porcentaje del PIB de gasto público y privado en Innovación, que en el caso de Chile alcanza a sólo un 0,45% del PIB anual, menos de la mitad de lo recomendado.
[5] Respecto de esto hay diversos ejemplos históricos. Un retroceso notable es el de China con el ferrocarril, de pasar de ser una economía relevante fue desplazada por Europa en pocas décadas.
[6] Carlota Pérez – quien colabora en las universidades de Cambridge y Sussex- señala que estamos viviendo la crisis financiera que antecede a la expansión de las tecnologías de información y la biotecnología.

martes, 23 de junio de 2015

Edificios, personas y torneos



Inti Núñez, Gerente de Emprendimiento de CORFO
Patricio Feres, Gerente de Innovación de CORFO

Santiago, junio de 2015


Este mes han estado avanzando diversos programas que buscan mejorar sustantivamente la innovación y el emprendimiento en el país. La oferta pone acento en 3 temas que podrían parecer discordantes –edificios, personas y torneos- (un collage de iniciativas, una instrumentitis que a esta altura cansa, una muestra de la creatividad pública), pero que en realidad convergen de forma virtuosa para abrir paso a una nueva forma de jugar la innovación en el país.

Edificios
Se han abierto las bases para el apoyo directo a espacios colaborativos para el emprendimiento y la innovación (Coworking space & Global hubs), el concurso se espera cerrar el 15 de julio y recibir más de 50 propuestas de gestores de espacios para innovar en todo el territorio. ¿Por qué pagar por edificios?
Paul Nightingale –profesor de innovación y emprendimiento de SPRU, Sussex-, clasificaba a las innovaciones en predecibles e impredecibles. Las innovaciones predecibles pueden aparecer de ejercicios simples de prospección, son derivadas del avance de la tecnología, tendencias, etc. De esta forma, muchas innovaciones en aplicaciones o la cura de enfermedades podemos saber de antemano que en unos años van a existir. Ejemplo: de aquí a 10 años habrá robots en las casas. Luego el profesor señalaba que esta innovaciones –las predecibles-, pueden ser de modelo simple, que significa que toda persona nos puede poner ideas y proyectos para alcanzarlas, por ejemplo. Una aplicación que mejore nuestras decisiones financieras; Por otra parte, existen las innovaciones de modelo complejo, en estás quien participa de su propuesta y construcción son expertos en el ámbito habilitante, ejemplo: una innovación en terapia genética a partir de la secuenciación del ADN, el sentido común nos hace ver que es difícil que alguien no profesional en biotecnología pueda sugerir avances contundentes. Sin embargo, la otra clase de innovaciones, las innovaciones impredecibles, disruptivas, se producen en una intersección entre innovación simple más compleja, en particular cuando en “ambientes embebidos” se juntan innovadores de modelo liviano con expertos duros, en edificios donde trabajan unidos, conversan, coinciden, y en una secuencia de interacciones frente a proyectos desafiantes generan innovaciones que son difícil de imaginar y entender para medios externos, pues en ese espacio físico el aprendizaje toma velocidad que supera a todo lo exterior. Un ejemplo es Pixar, donde en su semilla están técnicos duros de la gráfica computacional con expertos en el arte de la animación, este intersticio entre ciencia – tecnología y arte, es donde se producen innovaciones de un potencial global.
En este sentido, los diseñadores de política se deben preguntar ¿Por qué tipo de políticas debe apostar mi país –Chile- y/o región? Tomando este modelo tenemos la innovación predecible, y evidentemente lo más fácil es ir primero por la simple. El tema es que como es predecible y simple, no hay una claridad del porque una región aislada, una economía relativamente pequeña podría generar diferenciación de alcance global. Y es así como el comercio B2C en Chile no tiene predicciones de ser líder. En el caso de innovaciones predecibles y complejas, las posibilidades de competir para los gigantes en infraestructura tecnológica, capital humano avanzado (expertos) y presupuestos de innovación, son bajas, cualquier problema mundial de importancia es abordado con muchos más infraestructura, mejores técnicos y más recursos, nuestra participación en general es marginal y desde una parte de la cadena y cuando tenemos un logro, las adquisiciones son en fases tempranas que no hacen esperar crear un sector de exportación.
Pero, entonces ante tan mala perspectiva, las innovaciones impredecibles, disruptivas deberían estar a mucha más distancia. Pues no es tan así, al no ser predecibles, en general quienes están en el día a día con sueños locos o en espacios y nichos acotados, pero en ambientes donde hay una alta concentración de talento, de personas hablando de lo mismo, son los que sorprenden. De este modo, la industria química de Alemania le gano el quien vive a Inglaterra en la segunda mitad del siglo XIX, y la industria del acero, el avión y el automóvil se inició en Estados Unidos en desmedro de Europa. Así unos jóvenes que discutían acaloradamente en garajes de Silicon Valley –costa oeste frente a costa este- pusieron en aprietos a las mega corporaciones norteamericanas, cuando el computador personal irrumpió en el mundo. O Nokia fue el líder en el teléfono celular desde Finlandia, un país que hasta los 70 no era un líder tecnológico.
Al parecer no es malo para las políticas de innovación como las de nuestro país, mirar estos ejemplos y estimular muy buenas capacidades transversales aplicadas a problemas locales de alcance mundial, pero además concentrar la política para generar estos “ambientes embebidos”, donde la red de instituciones y personas sobre algunos temas concretos genere masas críticas de aprendizaje que nos sorprendan. Este fue el ejercicio de concentración de talento –científicos inmigrantes de la URSS- dentro de las technological incubators de Israel.
Volviendo a la pregunta, ¿Por qué pagar por edificios? Porque precisamente no son solo edificios, estamos hablando de espacios colaborativos  especializados en procesar innovación, que aglomeran una masa crítica de talento en cada región. La teoría dice que es bueno, la política lo está proponiendo.

Personas
A veces al diseñar política se nos olvida que el más importante instrumento de transferencia tecnológica son las personas, que la innovación depende de ciclos de aprendizaje acelerado que suceden en las relaciones y comunicación entre personas, y que la calidad de la innovación es totalmente “elástica” al reclutamiento, control y gestión del talento.
Tratando de suplir las falencias del ecosistema local es que hemos lanzado una batería de posibilidades para que en todo Chile las redes, contactos, conversaciones, capacitaciones, y acceso a talento se multipliquen.
Durante este mes de mayo ya aprobamos 7 redes de mentores para el apoyo de la innovación y el emprendimiento, esperamos que en un año exista una oferta superior a 1.000 mentores capacitados que estén dispuestos a apoyar a emprendimientos y proyectos en todas las regiones, es decir, este eje de mejora tan relevante para cada iniciativa como es la comunicación entre la experiencia y el líder de la iniciativa, se pueda dar en todas partes. Pero además, en un volumen que produce aprendizaje, pues podemos comparar, sacar lecciones, enseñar, trasformando nuestro sistema de apoyo en un verdadero ecosistema vivo que mejora con cada iniciativa que escala.
Así también, se apoyará la atracción de talento internacional desde StartUp Chile a las regiones, políticas para sumar expertos y doctores en innovación empresarial, y se instalarán laboratorios con especialistas –diseñadores, desarrolladores, comunicadores, electrónicos, etc.- que podrán apoyar con su tecnología y su arte a todo el emprendimiento que así lo quiera. También se apoyará la incorporación de profesionales especializados que faciliten el proceso de innovación y de I+D en las empresas y se seguirán apoyando la instalación de capacidades para innovar en empresas de forma masiva y en todo Chile. También es importante que se generen espacios de encuentro entre aquellos que innovan dentro de empresas establecidas y aquellos emprendedores y especialistas fuera de la organización, los espacios colaborativos (coworks, hubs y laboratorios) son los llamados a facilitar este proceso. 
De este modo, salimos definitivamente del modelo donde el emprendedor/innovador era un maestro Corales que debía hacer de todo en el circo, para entrar a un ambiente donde discuto con especialistas y recibo apoyo, donde puedo “hacer las cosas” profesionalmente, esta es una condición relevante para el alto impacto global.

Torneos
Por último, la intención es instalar en todo el país, concursos, desafíos, torneos, ¿Por qué esta fiebre de postulaciones? ¿Por qué someter a los emprendedores y empresarios a estos pesados formatos de formularios, exposiciones y pruebas? ¿No será “no ir al grano” y por otra parte estar cansando innecesariamente a nuestros talentos?
Hoy la diferencia en la ejecución y resultados entre un profesional y amateur es muy notoria, basta ver un deportista profesional frente a un aficionado, o un chef frente a un cocinero de domingo. No hay ni una duda de que el estándar de excelencia, el producto competitivo proviene de profesionales. En la innovación pasa igual. Los países, empresas, universidades, que destacan por innovar tienen rutas pavimentadas para la formación de esos profesionales, y en estás, existen los torneos.
¿Qué es un torneo? Es un evento o un programa que llega a un evento final, que tiene fechas, donde participan libremente profesionales o equipos, donde hay un desafío, donde hay reglas y estándares para una competencia, hay un público/jurado que entiende y opina y donde finalmente se sabe si nos fue bien o no, es decir, se gana o se pierde. Estos espacios han determinado ser fundamentales al innovar, un músico que debe someterse a conciertos abiertos tiene otra presión que un amateur que decide cuando toca y ante quien, esa presión, el intercambio de información, los mensajes de porque se ganó o perdió, contribuyen fuertemente a la iteración de información que estresa a las iniciativas que buscan ser globales.
Ejemplos de uso de torneos para impulsar la innovación hay muchos, pero 2 nos parecen notables. El primero es la construcción de Steve Jobs respecto de la feria anual de presentación de productos de Apple. Año a año esta empresa está sometida a la presión de, con fecha fija y ante más de 6.000 periodistas especializados del mundo, sorprendernos. Sin duda que esta ha sido una presión potente para que esta empresa haya sido considerado durante años entre las más innovadoras del mundo. Un segundo caso, es el que una vez escuchamos relatado por la profesora Pilar Opazo, desde su tesis de doctorado para Columbia donde investiga sobre toda la historia del restaurant “El Bully” del famoso chef Ferrán Adrià quien revoluciono la gastronomía mundial. Ella comentaba que una fuente de cambio que potencio la innovación fue casi fortuita. Al buscar un sitio único para situar su restaurant, Adrià decidió situarlo en una reserva natural en las afueras de Barcelona, como la reserva tenía muy baja afluencia de público en temporada de invierno, decidió cerrar 6 meses y sólo abrir otros 6. Este cambio modifico los tiempos dedicados de los chef, así tuvieron 6 meses para innovar (exploración) y 6 meses para operar (explotación), y el primer día que abrían y mostraban a expertos y periodistas especializados su carta se convirtió en el torneo anual que estresaba a hacerlo cada vez mejor. Luego la historia es conocida, este restaurant se convirtió consistentemente en el mejor del mundo y cambio el negocio gastronómico para siempre. En ambos ejemplos, estos torneos son componentes estructurales del proceso de innovación, que ha permitido a ambas empresas darle un timing claro y exigente al diseño, prototipaje y validación de innovaciones de alto impacto.

Uno de los déficit más relevantes de nuestro ecosistema de innovación y emprendimiento es la baja interacción de empresas de distintos tamaños con comunidades de emprendedores, startups, diseñadores, universidades y centros de I+D. Es aquí donde mecanismos habiliten procesos de innovación abierta, donde las empresas identifiquen desafíos relevantes y de alto impacto para ellas, e inviten a las distintas comunidades a resolverlos. La política pública lo apoyará desde sus instrumentos de gestión de innovación, voucher de innovación y contratos tecnológicos para la innovación. Los dos últimos permiten a las empresas abordar desafíos de innovación en colaboración con entidades y expertos fuera de los bordes de sus organizaciones, es decir, buscamos avanzar en la construcción de una innovación más colaborativa.

Entonces, ¿Qué debe tener un ecosistema potente de innovación y emprendimiento? La respuesta es, mucha interacción entre los distintos actores y buenos torneos –bien diseñados, regulares, con estándares globales, frente a públicos demandantes sofisticados-. Por lo mismo la política sembrará y estimulará torneos de distinto tipo en todas sus temáticas de creación de capacidades de base. Así el último año se han creado los concursos: Voucher de innovación para Pymes, Prototipos macrorregionales, Semilla regional o PRAE, Torneos de emprendimiento tecnológicos, Prototipos basados en I+D y Desafíos en innovación social.


Edificios, personas y torneos, este es el eje de la política de base en innovación y emprendimiento que ya se está expandiendo por las regiones. Con estas piezas cada región puede “pintar” de sus tonos, con sus temas, la innovación que será de mayor impacto en su futuro, buscar activamente la innovación impredecible y disruptiva que mueva fuertemente su productividad, sus capacidades de generarse un mejor futuro. De este modo, y en estos 4 años construiremos una columna vertebral habilitante en todo Chile de ecosistemas y ambientes embebidos locales, que estimulando e incluyendo masivamente personas y empresas, frente a desafíos concretos, regulares y de impacto escalable, vayan paso a paso, poniendo los ladrillos para que nuestro país llegue al desarrollo.



miércoles, 10 de junio de 2015

Democratizar las oportunidades empresariales

Eduardo Bitrán - Vicepresidente CORFO
Inti Núñez - Gerente de Emprendimiento CORFO

En este Gobierno nos hemos puesto la meta central de democratizar las oportunidades. Oportunidades no solo en educación de calidad sino también en generar las condiciones efectivas para desarrollar actividades empresariales, de aprovechar el talento y el capital humano propio y el capital social en la creación de nuevos emprendimientos dinámicos, de que todos y todas tengan la posibilidad de participar en la construcción de una  economía futura más basada en el conocimiento.

Nuestra política de emprendimiento dinámico nace hace 10 años cuando se crean líneas de financiamiento a incubadoras y se destinan importantes recursos a las líneas de Capital Semilla de Corfo. Esto permitió crear empresas y significó educar una masa crítica de profesionales en todas las técnicas de apoyo al emprendimiento dinámico. Las incubadoras universitarias permitieron ofrecer a los estudiantes de pre y post grado una nueva opción profesional, co-crear e innovar con sus propios emprendimientos. Luego se creó el programa StartUp Chile de Corfo, creando plataformas de cooperación - prestigiosas globalmente - que trascienden las fronteras nacionales y que tienen el potencial de atraer y retener talentos de clase mundial.

Desde esta experiencia, nuestros pasos van encaminados a instalar una política que logre masas críticas, mejoren el uso de la tecnología y trabaje en aprovechar el potencial de nuestra economía. Un objetivo central de la política es  modificar la cultura tradicional que aspira a un empleo dependiente protegido antes que el emprendimiento que asume riesgos para crear valor significativo.

¿Cómo estamos democratizando las oportunidades? Desde abril de este año, se da inicio a la línea que financia Espacios Colaborativos para la Innovación y Emprendimiento (Coworking space & global hubs). Esto permitirá ir armando una columna vertebral de espacios que acojan emprendedores y emprendedoras, dándoles  las condiciones para diseñar y escalar emprendimientos globales, temáticas tecnológicas y creativas de alto impacto en sus regiones. Al inicio de este periodo de Gobierno, 8 regiones no contaban con Incubadoras, es decir, no tenían espacios ni personal profesional que pudiera difundir esta política de emprendimiento. Esta herramienta logrará expandir a todo el territorio y mejorar la calidad de las propuestas, creando espacios para las iniciativas entre regiones. Esperamos apoyar más “Espacios Colaborativos” e insertar también el talento extranjero en los ecosistemas regionales.

Otra área de acción son los Concursos Semilla Regionales  (PRAE, Programa Regional de Apoyo al Emprendimiento). Desde el 2014, se vienen aumentando progresivamente los concursos en todas las regiones del país, dándoles volumen y enfoque a los temas estratégicos regionales. La gran meta es apoyar más de 1.000 iniciativas por año, generando un flujo de proyectos que sigan creciendo sistemáticamente.

Una tercera iniciativa, es el apoyo a las Redes de Mentores e inversionistas Ángeles. Nos hemos propuesto que todo emprendimiento apoyado por Corfo y Sercotec sea monitoreado por un profesional; que cada iniciativa con potencial reciba apoyo de profesionales certificados. Esto apunta a la raíz de la diferencia de oportunidades, donde muchas veces son las redes sociales más cercanas las que determinan el éxito de una innovación (estimamos más de 1.000 mentores disponibles para apoyar las mejores ideas).


Estamos optimistas y reconocemos que es una meta ambiciosa. Nuestra apuesta ya tiene instrumentos, métricas y equipos, para construir una épica a partir de este concepto: Democratizar las oportunidades empresariales y generar una nueva clase empresarial innovadora y desafiante. 

sábado, 18 de mayo de 2013

El crecimiento en los emprendimientos ¿Potenciales o desafíos?



“Las personas lo suficientemente locas como para pensar que pueden cambiar el mundo son las que lo cambian”.
Anuncio “Piensa Diferente”, Apple, 1997.

"Hacer lo imposible es bastante divertido".
Walt Disney

“Somos del mismo material del que se tejen los sueños, nuestra pequeña vida está rodeada de sueños.”

William Shakespeare (1564-1616) Escritor británico.

Revisando el último libro del brillante Roger Martin, decano de la Rotman School of Management, “Playing to Win” (Lafley, A. G. & Martin, R., 2013), donde propone como diseñar estrategias de alto impacto, este fija el punto de partida en los desafíos de crecimiento. Es decir, toda la estrategia queda orientada al desafío, luego se va deconstruyendo hacia el entendimiento de la arena donde se compite y luego termina con las lógicas para lograr ventajas competitivas a través de sistemas engarzados de actividades y recursos.

¿Qué importancia tiene esto? Pues mucha. La última semana me encontraba orientando a un emprendedor con tremendas capacidades en el negocio que iniciaba, y me decía algo como “Bueno, y así iremos creciendo orgánicamente, pienso que el primer año le puedo pedir unos $ 3 millones a la empresa”; le replico “Es decir, ¿Ud. piensa que si tiene un muchacho excelente para el futbol de 12 años, lo va a llevar a jugar a la cancha del barrio y ahí si tiene talento lo vera alguien que sepa, y así irá ascendiendo hasta llegar a Italia?”. También, les he preguntado a mis alumnos, de que creen que depende el crecimiento de una empresa pequeña, ¿de su potencial/talento, o de sus desafíos? Y siempre la respuesta mayoritaria es “de su talento”.

No es así. Los grandes emprendedores, las mayores innovaciones, salen de gente que se desafía y que por esto es capaz de atraer talento, lograr innovaciones geniales, romper fronteras y estándares prefijados. El gran conductor del crecimiento es el desafío, es la imposición de fronteras fuera de lo posible desde alguien que toma acción para realmente lograrlo. Como dice Shakespeare “El hombre está hecho de la madera de sus sueños”.

De este modo, las innovaciones no son distintas de cualquier actividad de negocios, y por esto su crecimiento depende de las ambiciones de sus gestores. En este sentido existe mucha evidencia histórica de que grandes invenciones no se desarrollaron de la mano de sus descubridores, sino de quienes soñaron grandes cosas a partir de ellas, ejemplos son el desarrollo histórico de las anilinas en Alemania y no en Inglaterra donde fueron descubiertas.

Así, dos reflexiones respecto de qué falta a nuestro ecosistema nacional de innovación en términos de desafíos, o ¿Por qué no ha sido capaz de crear el próximo Google?

Pues uno de los grandes problemas nacionales son los sueños. Nuestra educación no es particularmente global, somos bastante austeros al plantearnos metas, y tempranamente, al parecer, tendemos a “apagar” a quienes piensan distinto. En las empresas pequeñas y medianas las metas tienden a ser ajustadas a visiones locales, los emprendimientos nacen centradas en productos/servicios y no en metas empresariales. Todo esto está fijado en nuestro “mindset” temprano, y la forma de cambiarlo es a través de la educación. Respecto de esto las recetas para mejorar son incluir: creatividad, emprendimiento e innovación, en los programas educativos; aumentar también artes –que suma una manera de mirar el mundo más sofisticada- y deportes –que suma la competencia y el desafío.

El otro tema es la estructura económica. Está debe ser más inclusiva. Inclusiva implica invitar o mantener puertas abiertas a la actividad económica a espacios de la sociedad que podrían haber estado relegados y que son primeros entrantes. Pero ¿Por qué la inclusión puede aportar nuevos desafíos, crecimiento? Porque históricamente los nuevos entrantes tienen dos condiciones excelentes para la innovación. Primero, tienen nuevas ambiciones, “hambre”, desafíos instalados más profundamente en su ser –ejemplo, fue el impacto de los inmigrantes en muchísimas sociedades-; Segundo, son una mirada fresca, desconocen las barreras autoimpuestas de las sociedades ya asentadas, y por lo tanto, al establecer sus desafíos muchas veces superan con creces las fronteras habituales a la sociedad donde irrumpen –ejemplo, las actuales ejecutivas mujeres en las empresas de silicon valley-. Este abrir puertas es uno de los cambios más difíciles en las sociedades, y es el real cambio de una sociedad tradicional a una innovativa. El libro “¿Por qué fracasan los países?” de Acemoglu y Robinson (2012) da ejemplos históricos eruditos respecto de este tema y hoy se ha vuelto un texto indispensable para cualquier estudiosos del desarrollo económico.

En resumen, para crecer más que talento necesitamos desafíos, sueños, y capacidad para abrir las puertas a la sociedad de forma de que logre avanzar en perseguirlos. Chile necesita avanzar en cambios a su educación, masivos e inclusivos. El abrir puertas al ingreso de mujeres al mundo laboral, la inmigración, la “real” meritocracia  los programas masivos de educación de las PYMEs, la apertura a la educación técnica de calidad a los jóvenes de primera generación, el acceso a verdaderas universidades, etc. todas estas vías serán los verdaderos conductores del paso al desarrollo.

lunes, 27 de febrero de 2012

¿Libre mercado o construcción de capacidades? El justo equilibrio

En esto de la innovación hay patrones de intervención pública ligadas a las principales escuelas de pensamiento económico. Así las formas de intervención, políticas públicas, de los liberales de mercado (monetaristas) son algo distantes de las utilizadas por los keynesianos, vinculados a la socialdemocracia o capitalismo “administrado”. En los primeros, consideran que cualquier tipo de intervención es peor que la enfermedad, es decir, intervenir el ingreso y evolución de los mercados es una forma de impedir el mayor beneficio en el corto plazo, y los subsidios son analgésicos que detienen la correcta asignación u “optima social”; en los segundos, la injerencia del sector público se justifica en que “naturalmente” no existe un correcto desenvolvimiento del mercado, un asentamiento más justo y de mayor impacto social (sobretodo en tecnología), si el desarrollo – la evolución e instalación- de una economía social de mercado no es vigilada/ayudada desde la coordinación/intervención pública.

Para unos, la intervención pública es sólo justificación para utilizar formas de asignación “primitivas”, que en el mediano plazo sólo crean “bolsones” de ineficiencia, prebendas, y asignaciones poco claras. Para otros, desatar el mercado sólo significará en el corto plazo, llegar a soluciones inmediatistas, ineficientes en profundidad, y de poco alcance económico, que finalmente traerán más injusticia social, menos tecnología, y cero avance hacia un camino “serio” al desarrollo.

¿Quién tiene razón? ¿Cuáles son las evidencias? Si bien este tema no esta resuelto, y los ciclos de evaluación deben ser amplios, algunas cosas:

· No existen ciclos de aprendizajes acelerados y profundos sin el “dolor” de las fuerzas de mercado. Las economías que se han defendido del impacto del mercado, muchas veces han terminado pagando con crisis de competitividad y desaceleraciones este aislamiento. La destrucción creativa descrita por Schumpeter es el pilar de cualquier desarrollo de innovación. Punto para los liberales de mercado.

· Uno de los vehículos más importantes de creación de riqueza y cambio económico son los emprendedores, tanto las personas como líderes como sus empresas –grandes responsables de avances significativos en la Productividad Total de Factores. Punto para los liberales de mercado.

· El evitar sistemas donde impere la hipercompetencia y donde no se defienda la propiedad intelectual, o se vigile que la apropiabilidad de las innovaciones predomine durante un tiempo –sistemas de protección de la propiedad intelectual e industrial: patentes, licencias, etc.-, es sano para crear sistemas nacionales (o regionales de innovación) más profundos. En este sentido, los países que superan la barrera del ingreso medio deben iniciar gradualmente un camino de mejoramiento de la vigilancia del libre mercado y de la calidad de las regulaciones, para propender a innovaciones de mayor calidad e impacto. Los países que han llegado a avizorar el desarrollo y no se han preocupado de invertir en estos temas, han sufrido crisis que los han llevado a retrocesos violentos a estados menores de desarrollo. Punto para los administradores del capitalismo.

· A esto último, se suma una mayor evidencia de que el aumento de inversión en la calidad de la educación, en los centros generadores de conocimiento –y en infraestructura tecnológica distintiva-, y en políticas proactivas de ampliación de la diversificación de fuentes productivas, genera una sustentabilidad mayor a los sistemas económicos responsables del “desarrollo”. En este efecto, y en los primeros estadios de formación de un sistema nacional de innovación el efecto y liderazgo de la inversión pública es muy relevante, por cuanto es la responsable de “embeber” el sistema, y de la baja sostenida del “precio” de los bienes tecnológicos. Esto en el mediano plazo se traduce en menores costos de aprendizaje del trabajo en I+D del sector privado, y finalmente, cuando este sector se acostumbra y tiene éxitos, el traspaso del liderazgo hacia nuevos sectores tecnológicos. Punto para los administradores del capitalismo.

Pues bien, la evidencia va entregando datos sobre el desarrollo de la innovación en diversos países:

· La innovación depende de sistemas complejos, es decir, de variados factores, componentes y su coordinación. No dependen de un solo factor.

· Surge y requiere tanto de mercado como de inversión programada, de juegos de formación de capacidades y competencia.

· Los sistemas son evolutivos y van dotándose de capacidades, se generan competencias distintivas donde se expresa en sectores específicos.

· Son sistemas capaces de llevar a los países al desarrollo, y volver sustentable dicho estado.

Es así que la implantación de Sistemas Nacionales de Innovación en países que van al desarrollo, es una tarea que requiere de pruebas y error, de aprendizaje y persistencia en la definición de los caminos, de administración y libre mercado.

En nuestro país esta construcción del sistema de innovación, más que un duelo intelectual entre corrientes de pensamiento económico, se debe entender como un desafío de Estado, serio, y de primera prioridad, del cual depende la posibilidad de entregar un país desarrollado a las futuras generaciones.

domingo, 8 de enero de 2012

Los emprendedores ¿son suertudos?

A mediados de año (2011) en un blog de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, el profesor Anthony Tjan, relataba una cosa muy presente en las conversaciones con emprendedores, muchos consideran que la suerte ha jugado un rol fundamental en su historia de éxito. Entonces, ¿es cierto que los emprendedores, el emprender esta mediado por un factor llamado suerte?

Pues bien, Tjan realizo un acabado estudio, el cual espera publicar prontamente como libro, donde ausculta en la historia y los detalles de muchos emprendedores con historias de éxito, buscando esta magia que definió su trayectoria.

En sus resultados, lo primero que encuentra es que la suerte no es azar, no es magia, no es espontanea. Tjan señala que la suerte se acerca mucho más a un antiguo dicho “Uno se hace su propia suerte”, es decir, está amarrado a un patrón de conducta, habilidades y valores.

Entonces, ¿Cómo se es suertudo en los negocios? Al parecer el patrón tiene 2 movimientos o condiciones esenciales; la primera, y en concordancia con lo descrito por Jim Collins en “Good to Great”, la humildad juega un rol fundamental, pues los “humildes” –frente a la soberbia-, es una actitud que le abre más oportunidades al aprendizaje desde pares, al maravillarse con cosas nuevas, al ver en lo simple oportunidades, al conversar más y mejor transversalmente; la humildad gatilla aprendizaje y actúa, abriendo el espectro de oportunidades y dotando de mayores herramientas para el aprendizaje dinámico (tan importante en el emprendimiento). La segunda condición de la suerte es el optimismo, una posición positiva respecto del futuro; el optimista fija sus metas más “adelante” y es capaz de pasar más vallas, posponiendo la recompensa, es más resilente. Así, el emprendedor “suertudo” no sólo ve más oportunidades, sino que además por su condición de permanencia y tesón basada en el optimismo, es más capaz de transformar derrotas en victorias.

Genial, “Uno se hace su suerte”. Hoy tenemos abiertos miles de caminos a propósito de los cambios disruptivos en las plataformas tecnológicas, de la salud de nuestras economías latinoamericanas, de la abundancia de nuestros recursos, y de los cambios que la sociedad está demandando; para aprovecharlo sólo debemos saber mirar y aprender, y tener optimismo de que vamos construyendo una Latinoamérica desarrollada.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Ciudades creativas: la economía de las 3 T´s

¿Cuál es la receta para crear un territorio que genere innovación, riqueza, bienestar para su población? Esta pregunta central en la economía del desarrollo, tiene respuestas desde diversas escuelas de pensamiento económico, formulas con más o menos “Estado”; con cambios en el tiempo y aprendizaje de los ejemplos históricos, los cuales muchas veces nos han confundido por la naturaleza de la economía de ser dinámica e ir premiando a lo escaso y escapándose de lo excesivo. Así, ha habido épocas en que se ha estado seguro de un modelo –ejemplo, al faltar institucionalidad, una mayor presencia del Estado ha tenido alto impacto: Alemania de mediados del siglo XIX-, pero en el paso del tiempo y cuando la condición sobre la que se ha invertido, ya no es tema –la burocracia está matando la innovación, necesitamos mercado-, las señales migran hacia otros factores, y al revés.

Sin embargo, y en el tiempo, los economistas del desarrollo si han llegado a temas donde existe consenso: la innovación se beneficia de “sistemas nacionales/regionales de innovación”, es decir, la innovación es una receta que depende de variados componentes (sistema de educación, ciencia, sistema financiero, rol de Estado, cultura de innovación y emprendimiento, etc.), y por esto, el crecimiento del sistema depende de que todos los factores se desarrollen armónicamente, en la analogía de que el sistema fuera un barril, el nivel del agua llegara hasta la duela más baja, en innovación el sistema generara innovación hasta que lo permita el componente que está más bajo. Otro punto de consenso –y tiene mucha lógica de mercado-, es que las condiciones deben ser estables en el tiempo, pues los sistemas “evolucionan”, y por esto la “institucionalización” es vital para crear un sistema sano, es decir, mantener mensajes estables en el tiempo, políticas de Estado sobre políticas de Gobierno.

Pero ¿Es posible todo este sistema complejo pasarlo a un modelo más simple y práctico? Al parecer, sí. El economista Richard Florida propone que fijarse, en los centros urbanos, en 3 temas es la llave del éxito, y es coincidente con lo planteado por el profesor Rafael Echeverría, respecto del porqué del éxito de Atenas, los antiguos griegos, en innovación. Señala que la innovación depende de una mezcla virtuosa de: Tolerancia, Talento y Tecnología.

Tolerancia: que implica una sociedad abierta a la discusión, a la democracia, y a la toma de acuerdos. Sociedades que ven un valor fundamental en el poder de la discusión, y que luego resuelven bien la toma de decisiones y el avance, son sociedades que históricamente han producido avance tecnológico y progreso. En el ejemplo del profesor Echeverría, los griegos defendían y era centro de su cultura el Agora, donde sucedían las discusiones y se resolvían los temas de la Polis. En la mirada de Florida, San Francisco, donde la variedad intercultural, el respeto por las diferentes opciones de vida y la búsqueda de la verdad a través de sus universidades es el centro de su economía.

Talento: referido a meritócracia e incentivos, premiar a los talentosos y a quienes se destacan, e instalar en lo profundo de la cultura el destacarse y apasionarse por ser reconocido en base a talento. Es reconocido que los sistemas de incentivo, el lucro; modifica la velocidad del cambio, la innovación. Este hecho ya señalado por Schumpeter, es la base de justificación de todo el sistema de patentes, el cual ha sido responsable de los avances por ejemplo en la industria farmacéutica del siglo XX, responsable de salvar miles de vidas gracias vacunas y antibióticos no imaginados en nuestra historia.

Tecnología: sociedades comprometidas con la ciencia y el saber, con universidades como faro y orgullo, y que a la vez están orientadas al uso práctico. En los griegos, los creadores de la universidad, las instituciones políticas republicanas, la geometría, la astronomía, etc. Donde una pieza fundamental son los sistemas de educación, como gran palanca y surtidor de la sociedad que necesita jóvenes tolerantes, talentosos y meritocráticos.

En Chile, que vamos en camino y tenemos la pretensión de ser una sociedad desarrollada, debemos tener conciencia de que las condiciones se crean dinámicamente y en la discusión; no es posible construir este tipo de sociedades generando separaciones y guetos, pues ataca directamente el concepto mismo de tolerancia limitando nuestra capacidad de llegar al desarrollo; o seguir negando y apartando nuestros principales centros de generación de conocimiento, y más que tratarlos como orgullo, sean parte del problema, degrada de inmediato nuestro acceso a la tecnología; ni tampoco al buscar las soluciones, cerrar las puertas a los incentivos correctos, pues limita la velocidad de cambio.

Chile tiene todo, y una oportunidad histórica, para proyectarse al desarrollo y a la economía de la innovación; depende del Agora, la capacidad de discusión y acuerdo; como nunca en la historia depende de nosotros, ojala lo aprovechemos.