lunes, 12 de julio de 2010

Apoyo a la innovación empresarial Chile 2010. ¿Es hora de volver al crédito?

Inti Núñez U.

Profesor, Escuela de Negocios

Universidad Adolfo Ibáñez

Patricio Feres H.

Profesor Escuela de Negocios

Universidad Adolfo Ibáñez

NECESIDAD

Nuestro país enfrenta el desafío de la innovación, es decir, adaptar o diseñar sus sistemas de producción, su actividad económica hacia productos y/o servicios que sorprendan, se descommoditicen y logren generar más ingresos desde nuestros sectores tradicionales, y crear nuevos sectores sofisticados que nos lleven al desarrollo.

De acuerdo a estudios académicos y la experiencia internacional recogida y analizada por organismos tan serios como la OCDE, la innovación requiere de una “actitud” del gobierno (políticas públicas proactivas), el cual cumple un rol dentro de un Sistema Nacional de Innovación, donde se determina la velocidad de producción de innovaciones en un país. Así, uno de los indicadores analizados es el gasto en I+D de los países, el cual es una medida de salud y avance de los sistemas.

Profundizando en esto, una característica estudiada del gasto es su composición en términos de gasto público, privado y de otros (Fundaciones, ONGs). El gasto público debe ser consistente con un rol de: generación de bienes públicos (infraestructura tecnológica, ciencia de base, alianzas, educación, regulación); y estímulo de una política industrial pro-actividad privada (superación de fallas de mercado y de coordinación, focalización de gasto, estimulo a la innovación en un óptimo social). Sin embargo el gran desafío, sobre todo en los primeros estadios de formación de un Sistema Nacional de Innovación robusto, es que el sector público estimule el aumento de gasto privado, esto se logra bajando el precio relativo de los bienes públicos para la innovación y con fuertes estímulos al inicio de una actividad privada más sofisticada, que sirvan de aprendizaje inicial – generando capacidades especializadas al interior de las empresas - y apuren la fijación de presupuestos estables dentro de las compañías para fines de innovación.

En Chile el gasto ha permanecido con una arquitectura fija durante años, 70% gasto público – 30% gasto privado, lo cual es un mal síntoma sobre la efectividad del diálogo y capacidad de apalancamiento desde los sistemas público y de generación de conocimiento sobre el sistema privado. En este sentido, y al mirar la arquitectura del sistema y las iniciativas en curso se puede ver que:

· La Ley de incentivo tributario no ha sido efectiva en elevar en una forma razonable el gasto desde las empresas.

· Dentro del gasto destinado a proyectos de Innovación actualmente administrados por las empresas, desde INNOVA Chile son asignados por la Subdirección de Innovación empresarial menos de US$ 20 millones por año.

· Los fondos de inversión/ capital de riesgo para estimular proyectos de emprendimiento innovativo, son escasos y van a emprendimientos no a empresas.

Pero ¿De qué estamos hablando cuando decimos estimular al sector privado hacia la innovación? Pues bien diversos estudios y propuestas de Gobiernos hablan de alcanzar niveles de gasto en I+D del país superiores al 1,5 % del PIB -se ha intentado en los gobiernos del Presidente Lagos, Presidenta Bachelet, y actualmente el Presidente Piñera ha señalado como meta de su gobierno conseguirlo-. Esto implicaría elevar el gasto privado a más de US$ 1.250 millones, considerando que cálculos optimistas del nivel de gasto privado actual lo sitúan en unos US$ 450 millones, el diferencial a conseguir es de US$ 800 millones en los próximos 3 años, meta difícil.

APROXIMACIÓN

Si consideramos que la capacidad de apalancamiento de los fondos públicos promedio puede ser de entre un 30% a 40% dependiendo del sector empresarial y de las burocracias a las cuales se somete a los privados que postulan –los sistemas de subsidio engorrosos apalancan menos alcanzando un aporte público de 50% a 60% en promedio. El costo del gobierno para estimular el aumento de gasto privado sería de entre US$ 250 a US$ 300 millones, ¿Cómo hacerlo?

· Rebaja de impuestos: varios países han tomado la vía de la exención tributaria, el problema de esto es que para este gobierno el ceder ingreso tributario afecta sus cuentas fiscales, es más difícil de fiscalizar y pasa por la aprobación de una Ley lo cual es más lento también en la puesta en marcha –el sistema de incentivo tributario tuvo una tramitación superior a los 2 años.

· Subsidios directos: al parecer el sistema de entrega de subsidios directos está superado en sus capacidades, los tiempos de entrega se han alargado, la asignación no es clara, la sanción por parte de comités ha sido criticada en diversos entornos por no ser acorde con procesos modernos de innovación (no se sabe qué proyecto será una innovación destacada, el concepto proyecto frente a venture esta cuestionado, y el sistema público prefiere proyectos).

Por esto sugerimos revisar el volver al crédito en un formato moderno, de segundo piso, que asegure una tasa baja, y que prometa un premio de condonación de una parte de la deuda (20%) contra buen comportamiento y resultados.

VENTAJAS

· CORFO está habilitado y lo ha hecho muy bien entregando créditos a través de bancos establecidos.

· El crédito no afecta las cuentas fiscales de la misma forma que las rebajas tributarias o los grants. Es amigable con las cuentas del Estado.

· Las empresas que pueden hacer buena innovación tienen un buen historial en los bancos.

· En los últimos años existe un grupo importante de empresas – en diversos sectores – que han desarrollado/fortalecido sus capacidades en gestión de la innovación que facilitaría una buena recepción de una política pública como la sugerida.

· Es una forma rápida de llegar a los montos de gasto anual que el país necesita, desde el sector privado.

Romper la inercia en la cual estamos requiere nuevas medidas, un agresivo plan de estimulo hacia las empresas puede acelerar el aprendizaje que es necesario alojar en su interior para lograr nuevos procesos, productos y servicios, y crear nuevas fuentes de valor. La discusión de estos estímulos no puede obviar la dimensión de la tarea, pues si el salto no es el adecuado caeremos en la mitad del foso, no logrando superar la valla que nos está impidiendo llegar al desarrollo.