martes, 5 de julio de 2011

Explotación versus exploración. Velocidad y calidad de innovación

Para hacer la guerra hacen falta tres cosas: dinero, dinero y más dinero. Hay guerras más baratas pero se suelen perder.

Napoleón

Vísteme despacio, que estoy apurado.

Atribuido a Napoleón

Como señalan las citas de Napoleón, la estrategia para competir debe estar asentada en los recursos, y la velocidad es relativa a las funciones que se están abordando. En términos de innovación, estos 2 temas son centrales al diseñar y revisar expectativas en torno a las iniciativas de innovación donde la empresa emprende en áreas de “incerteza”.

Variados autores han dividido los ámbitos de trabajo de las empresas en 2 áreas. La primera: inmediata, primaria, ejercida sobre lo “conocido”: la explotación. Referido a todas las actividades que la empresa hace habitualmente, sobre los procesos centrales, y donde ejerce su expertice, su técnica.

La segunda, es la exploración, que es la tarea de buscar formas de dar sustentabilidad en el tiempo a la organización, y ojala sorprender al mercado, adelantarse a los tiempos, prever escenarios de futuro. Si la empresa no asume esta tarea, la dinámica de mercado, generalmente, ira degradando el margen de su actividad de explotación y probablemente ponga en cuestión su sustentabilidad.

Pues bien, ambas funciones muchas veces compiten dentro de la organización por: tiempo, recursos, importancia; y resolver adecuadamente a este respecto definirá el éxito que se logre en cada una.

Un primer tema a considerar son los recursos. La “explotación” y sus certezas muchas veces ocupan la prioridad en términos de inversión, las demandas son exactas, las gerencias ven la tangibilidad de sus resultados, la empresa vive y respira gracias al día a día. Esto hace que la “exploración” tenga dificultad para recaudar presupuesto, la innovación se ve más lejana, con un camino poco claro, sin un sustento tangible en lo inmediato. Así y además, la primera cita de Napoleón toma fuerza y es claro que la ausencia de recursos empeora las posibilidades de dar una buena batalla a los emprendimientos fuera de los ámbitos de certeza. Más aún, muchas veces las estrategias de “bajo costo” –muy presente en el management nacional-, no definen las áreas de intervención, y sólo son conducidas desde la alta gerencia desde indicadores genéricos que obligan a reducciones “a quien toque” dentro de la organización, pues bien, muchos estudios han determinado que estás estrategias generan la sensación de mayor productividad en el corto plazo, pero que son un verdadero suicidio del aprendizaje organizacional –con ello, de la innovación-, y un potente golpe a la sustentabilidad organizacional de mediano plazo.

Un segundo tema es la velocidad. La “explotación”, al desarrollarse sobre un patrón conocido, tiene como estrategia para el aumento de velocidad (organizacional), bajar la variabilidad de sus procesos, por así decirlo “no comprende bien las desviaciones hacia situaciones desconocidas”. En este sentido, las actividades de “exploración” van en sentido opuesto a la lógica de eficiencia de la “explotación”, y, como todas las organizaciones son políticas, la baja de eficiencia de los grupos dedicados a lo nuevo puede ser castigada -no comprendida-, por el alto mando y también se transforma en un impedimento a la instalación de la correcta función de exploración.

Encuadrando todo esto en la segunda cita atribuida a Napoleón. Se debe entender que la sustentabilidad de la empresa -a futuro-, y su capacidad de ofrecer un mayor valor a sus clientes, depende de la función de aprendizaje e innovación, es decir, si la organización incorpora en el tiempo nuevo conocimiento y logra que este llegue a sus clientes –cambia sus procesos de forma de ser más eficiente en la entrega, ofrece mejores y más novedosos productos, una mayor gama de atributos, amplía sus mercados, etc. El aprendizaje organizacional requiere tiempos de comunicación, dedicación a la reflexión, prueba y error, requiere ser “lentos”.

Así, la separación adecuada entre ambas funciones de la empresa, y la construcción de expectativas correctas a partir de entender la naturaleza de los procesos de gestión que determinan su rendimiento, se vuelve vital para cumplir con ellas de buena forma. No es que necesariamente la innovación deba ser lenta, pero sí que debe desarrollarse bajo sistemas de control de gestión y de asignación de recursos propios de las funciones cotidianas de la empresa, ya que estás pueden degradar su impacto y anular su real potencial.

Un buen ejemplo de separación de funciones y especialización en la función de exploración es MovistarInnova donde no sólo se ha aislado la innovación, sino que se ha creado nuevas jerarquías, procesos y una apertura de la organización en pos de la exploración. Esto en el tiempo mejorara y acelerara la eficiencia de uso de recursos y los procesos de adopción de nuevos temas, potenciando la función de sustentabilidad y creación de valor de toda la organización.

Por último, en Chile, venimos de la producción de commodities, donde habitualmente la producción se mantiene sólo en la explotación, y donde inicialmente la exploración tiene un menor rédito por la estructura de la industria y la baja apropiabilidad en los campos propios del aprendizaje (innovación). En estos sectores, romper los círculos viciosos que determinan que la innovación se haga con baja calidad de recursos y presionados por éxitos tempranos -y que llevan a bajo impacto-, puede ser aún más difícil. Sin embargo, si el país no dedica recursos de calidad y tiempos de espera para sus inversiones, alianzas para especializar y sofisticar los sistemas de gestión de innovación y tecnología, los esfuerzos para llegar a nuestro anhelado desarrollo serán ineficientes, lo cual nos hará recordar a nuestro citado Napoleón.

Operando el mind set. Nuevos fronteras entre el arte y la tecnología

La cantidad o el ámbito de nuestras soluciones están circunscritos a las fronteras de las posibilidades que nuestra mente nos ha impuesto, nuestras formas de hacer, de mirar, las velocidades y procesos en los cuales nos movemos habitualmente. Darwin decía respecto de esto que “No puedes depender de tus ojos cuando tu imaginación está fuera de foco”, y Einstein que “No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos”, y “En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”; ambos aduciendo que las nuevas soluciones, las de impacto (innovaciones), provienen de un ejercicio inicial de “correr” la frontera de la mirada, reconocer que nuestras formas no son suficientes para crear algo nuevo; y en este acto apelar a la imaginación, al arte (por sobre la técnica que es el manejo de la certeza).

Durante la semana del 23 al 27 de mayo, la Universidad Adolfo Ibáñez traerá a Chile a 8 expertos de los laboratorios de diseño y tecnología de MIT –SENSEable City, Media Lab y Design & Computation Group. Esta universidad, primera en el mundo en tecnología, ha sido pionera en crear programas donde conviven naturalmente el mundo del arte con la más sofisticada ingeniería, así vendrá una especialista que busca a través de la ciudad las interfaces/aparatos a través de los cuales el hombre se relaciona en el medio urbano, y tiene la tarea de innovar para mejorar esta relación; también un proyecto donde se logra llevar a una imagen gráfica, una pantalla de computador, los “sentimientos” de la ciudad, y a través de esta expresión poder aplicar nuevas soluciones que la mantengan “contenta”. Investigadores que están desentrañando como nos afectan los relatos, y todas las posibilidades de crear experiencias que nos están abriendo las animaciones y el 3D, túneles de experiencia, donde podemos abrir puertas a nuestro pasado, presente y futuro; donde las posibilidades de entregarnos mensajes no sólo cognitivos sino que emocionales, podrían cambiar radicalmente la velocidad y profundidad de nuestro aprendizaje. ¿Por qué vienen? Para mostrarnos el futuro y ojala impactar nuestra imaginación, romper y operar nuestro mind set compartimentado de áreas de conocimiento, y experiencias, nuestros paradigmas respecto de tecnología y arte; nuestra pobre comprensión de las fronteras tecnológicas, y nuestro prejuicio respecto de la inutilidad de la labor creativa.

Ejemplos de fronteras invisibles que nos limitan, un ingeniero privándose de visitar los espacios del arte, la historia, y su extensión, la empresa de ingeniería, que sólo se circunscribe a círculos técnicos, ¿es posible pensar que será un jugador mundial cuando vemos los productos que está presentando Apple? O los artistas, intelectuales y diseñadores que ven en la empresa a una especie de enemigo, un mundo metálico, impenetrable y agresivo, y no sus posibilidades de llevar soluciones de valor a miles de personas. En la mirada sobre esos puntos de prejuicio, frontera, debemos ver justamente los puntos donde aplicar imaginación, arte para abrir un nuevo espacio de creación.

La buena innovación, la de impacto, se asientan fuertemente en una historia y es capaz de romper paradigmas y fronteras desde ese punto de apoyo; los constructores del Chile del mañana cruzaran las fronteras de arte y tecnología a diario, vivirán en ambos mundos, la estética/ética y la técnica. Para que esto suceda, hoy debemos comenzar a construir los accesos.