lunes, 27 de febrero de 2012

¿Libre mercado o construcción de capacidades? El justo equilibrio

En esto de la innovación hay patrones de intervención pública ligadas a las principales escuelas de pensamiento económico. Así las formas de intervención, políticas públicas, de los liberales de mercado (monetaristas) son algo distantes de las utilizadas por los keynesianos, vinculados a la socialdemocracia o capitalismo “administrado”. En los primeros, consideran que cualquier tipo de intervención es peor que la enfermedad, es decir, intervenir el ingreso y evolución de los mercados es una forma de impedir el mayor beneficio en el corto plazo, y los subsidios son analgésicos que detienen la correcta asignación u “optima social”; en los segundos, la injerencia del sector público se justifica en que “naturalmente” no existe un correcto desenvolvimiento del mercado, un asentamiento más justo y de mayor impacto social (sobretodo en tecnología), si el desarrollo – la evolución e instalación- de una economía social de mercado no es vigilada/ayudada desde la coordinación/intervención pública.

Para unos, la intervención pública es sólo justificación para utilizar formas de asignación “primitivas”, que en el mediano plazo sólo crean “bolsones” de ineficiencia, prebendas, y asignaciones poco claras. Para otros, desatar el mercado sólo significará en el corto plazo, llegar a soluciones inmediatistas, ineficientes en profundidad, y de poco alcance económico, que finalmente traerán más injusticia social, menos tecnología, y cero avance hacia un camino “serio” al desarrollo.

¿Quién tiene razón? ¿Cuáles son las evidencias? Si bien este tema no esta resuelto, y los ciclos de evaluación deben ser amplios, algunas cosas:

· No existen ciclos de aprendizajes acelerados y profundos sin el “dolor” de las fuerzas de mercado. Las economías que se han defendido del impacto del mercado, muchas veces han terminado pagando con crisis de competitividad y desaceleraciones este aislamiento. La destrucción creativa descrita por Schumpeter es el pilar de cualquier desarrollo de innovación. Punto para los liberales de mercado.

· Uno de los vehículos más importantes de creación de riqueza y cambio económico son los emprendedores, tanto las personas como líderes como sus empresas –grandes responsables de avances significativos en la Productividad Total de Factores. Punto para los liberales de mercado.

· El evitar sistemas donde impere la hipercompetencia y donde no se defienda la propiedad intelectual, o se vigile que la apropiabilidad de las innovaciones predomine durante un tiempo –sistemas de protección de la propiedad intelectual e industrial: patentes, licencias, etc.-, es sano para crear sistemas nacionales (o regionales de innovación) más profundos. En este sentido, los países que superan la barrera del ingreso medio deben iniciar gradualmente un camino de mejoramiento de la vigilancia del libre mercado y de la calidad de las regulaciones, para propender a innovaciones de mayor calidad e impacto. Los países que han llegado a avizorar el desarrollo y no se han preocupado de invertir en estos temas, han sufrido crisis que los han llevado a retrocesos violentos a estados menores de desarrollo. Punto para los administradores del capitalismo.

· A esto último, se suma una mayor evidencia de que el aumento de inversión en la calidad de la educación, en los centros generadores de conocimiento –y en infraestructura tecnológica distintiva-, y en políticas proactivas de ampliación de la diversificación de fuentes productivas, genera una sustentabilidad mayor a los sistemas económicos responsables del “desarrollo”. En este efecto, y en los primeros estadios de formación de un sistema nacional de innovación el efecto y liderazgo de la inversión pública es muy relevante, por cuanto es la responsable de “embeber” el sistema, y de la baja sostenida del “precio” de los bienes tecnológicos. Esto en el mediano plazo se traduce en menores costos de aprendizaje del trabajo en I+D del sector privado, y finalmente, cuando este sector se acostumbra y tiene éxitos, el traspaso del liderazgo hacia nuevos sectores tecnológicos. Punto para los administradores del capitalismo.

Pues bien, la evidencia va entregando datos sobre el desarrollo de la innovación en diversos países:

· La innovación depende de sistemas complejos, es decir, de variados factores, componentes y su coordinación. No dependen de un solo factor.

· Surge y requiere tanto de mercado como de inversión programada, de juegos de formación de capacidades y competencia.

· Los sistemas son evolutivos y van dotándose de capacidades, se generan competencias distintivas donde se expresa en sectores específicos.

· Son sistemas capaces de llevar a los países al desarrollo, y volver sustentable dicho estado.

Es así que la implantación de Sistemas Nacionales de Innovación en países que van al desarrollo, es una tarea que requiere de pruebas y error, de aprendizaje y persistencia en la definición de los caminos, de administración y libre mercado.

En nuestro país esta construcción del sistema de innovación, más que un duelo intelectual entre corrientes de pensamiento económico, se debe entender como un desafío de Estado, serio, y de primera prioridad, del cual depende la posibilidad de entregar un país desarrollado a las futuras generaciones.

domingo, 8 de enero de 2012

Los emprendedores ¿son suertudos?

A mediados de año (2011) en un blog de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, el profesor Anthony Tjan, relataba una cosa muy presente en las conversaciones con emprendedores, muchos consideran que la suerte ha jugado un rol fundamental en su historia de éxito. Entonces, ¿es cierto que los emprendedores, el emprender esta mediado por un factor llamado suerte?

Pues bien, Tjan realizo un acabado estudio, el cual espera publicar prontamente como libro, donde ausculta en la historia y los detalles de muchos emprendedores con historias de éxito, buscando esta magia que definió su trayectoria.

En sus resultados, lo primero que encuentra es que la suerte no es azar, no es magia, no es espontanea. Tjan señala que la suerte se acerca mucho más a un antiguo dicho “Uno se hace su propia suerte”, es decir, está amarrado a un patrón de conducta, habilidades y valores.

Entonces, ¿Cómo se es suertudo en los negocios? Al parecer el patrón tiene 2 movimientos o condiciones esenciales; la primera, y en concordancia con lo descrito por Jim Collins en “Good to Great”, la humildad juega un rol fundamental, pues los “humildes” –frente a la soberbia-, es una actitud que le abre más oportunidades al aprendizaje desde pares, al maravillarse con cosas nuevas, al ver en lo simple oportunidades, al conversar más y mejor transversalmente; la humildad gatilla aprendizaje y actúa, abriendo el espectro de oportunidades y dotando de mayores herramientas para el aprendizaje dinámico (tan importante en el emprendimiento). La segunda condición de la suerte es el optimismo, una posición positiva respecto del futuro; el optimista fija sus metas más “adelante” y es capaz de pasar más vallas, posponiendo la recompensa, es más resilente. Así, el emprendedor “suertudo” no sólo ve más oportunidades, sino que además por su condición de permanencia y tesón basada en el optimismo, es más capaz de transformar derrotas en victorias.

Genial, “Uno se hace su suerte”. Hoy tenemos abiertos miles de caminos a propósito de los cambios disruptivos en las plataformas tecnológicas, de la salud de nuestras economías latinoamericanas, de la abundancia de nuestros recursos, y de los cambios que la sociedad está demandando; para aprovecharlo sólo debemos saber mirar y aprender, y tener optimismo de que vamos construyendo una Latinoamérica desarrollada.